Por Mario Rebolledo, ingeniero comercial, HumanistaIMG_2022.

Después de 25 años de dictadura civil, este año los chilenos tendremos, por fin, una oportunidad única para sacar del poder a los traidores y corruptos que tanto daño le han hecho al país.

En las próximas elecciones parlamentarias, los chilenos tendrán la gran oportunidad de elegir entre quedarse en la casa, con justa razón, manifestando su rechazo a todo y a todos,  seguir votando por los mismos viejos partidos y dirigentes que los traicionaron luego de la lucha del pueblo para recuperar la democracia, o salir a votar por una nueva generación de lideres sociales, ciudadanos comunes y corrientes, Humanistas de corazón, que llegan a la política por vocación social, por una acción desinteresada, de coherencia interna y solidaridad social, para terminar con la crisis política, económica y social en que se encuentra sumido el país.

Democracia real

Una nueva generación de lideres sociales, ciudadanos comunes y corrientes, Humanistas de corazón,  que buscan terminar con la Constitución de la dictadura vigente,  generando un nuevo Pacto social, que elimine los enclaves autoritarios, la irresponsabilidad política y la falta de participación.

Que buscan terminar con las reelecciones eternas, las dietas millonarias, las pensiones de por vida, jubilando a los enquistados en el poder, estableciendo un límite de edad de 65 años para postular a cualquier cargo de elección popular, y rebajar la edad mínima para ser electo, permitiendo la inclusión de las nuevas generaciones en el poder.

Que buscan terminar con la monstruosidad que ancianos nacidos y criados en el paisaje de formación de la represiva cultura católica, la violencia de la segunda guerra mundial y la cultura de la guerra fría, sigan gobernando el país.

Que buscan jubilar a una verdadera casta de políticos vendidos, seniles e ignorantes, que no vivieron ni comprendieron la revolución de las flores, el hippismo, la liberación sexual, el feminismo, la propuesta de “haz el amor y no la guerra”, y la búsqueda y experimentación de nuevas formas de ampliación de la conciencia. Que no entendieron ni vivieron los ideales de mayo del ¨68, el existencialismo, el pacifismo, el ecologismo, la no-violencia, ni el Nuevo Humanismo Universalista.

Que buscan terminar con los dinosaurios de la política chilena, que no vivieron en Chile durante los 80, y que no vivieron ni entendieron el surgimiento de la generación de los 80.  Que jamás jugaron con un Nintendo, y que no entienden el mundo digital, para quienes la revolución tecnológica empieza y termina en un cajero automático, y son incapaces de imaginar formas de usar la tecnología para abrir nuevas posibilidades de comunicación y participación social.

Dinosaurios incapaces de cuestionar el proceso de globalización, y muchos menos poder comprender la nueva sensibilidad de las generaciones del 90 y 2000, chilenas y chilenas que ya no se mueven de acuerdo a los dogmas impuestos, sino que busca abrir nuevos caminos de crecimiento personal, vida en pareja, convivencia social y relación con la naturaleza y con la historia…

Que jubilen los ancianos seniles e ignorantes, que no entienden que los ciudadanos de hoy, queremos votar todos los días, a través del computador , el notebook, el celular, el teléfono, twiter, whatsapp, la caja vecina, y el ciber café. Que entiendan de una vez por todas, que NO NECESITAMOS QUE NOS REPRESENTEN, QUEREMOS DECIDIR POR NOSOTROS MISMOS.

Justicia social

Ha llegado el momento de apoyar a una nueva generación de lideres sociales, ciudadanos comunes y corrientes, Humanistas de corazón,  que buscan terminar con la vergonzosa desigualdad económica imperante, ciudadanos comunes y corrientes que quieren recuperar los recursos naturales estratégicos para el bien del país, renacionalizando el agua, la electricidad, el gas, el petróleo y el cobre. Terminando también con el robo, el abuso  y la colusión de las grandes empresas y los grupos económicos,

Derechos Humanos

Ha llegado el momento de apoyar  a una nueva generación de lideres sociales, ciudadanos comunes y corrientes, Humanistas de corazón, para que terminen con los privilegios y la impunidad de las FF.AA, eliminando la Justicia Militar y la Ley Reservada del Cobre. Que encierren en la cárcel a todos los responsables de las violaciones a los derechos humanos, que den de baja a todos los oficiales que tuvieron participación en el golpe de estado y en la represión posterior, hasta el grado de Teniente, renovando los mando militares con una nueva generación de militares democráticos. Que eliminen todos los regimientos ubicados en zonas urbanas, y los destinen a zonas fronterizas y alejadas de los centros urbanos, donde en vez de prepararse para reprimir al pueblo (lo único que han hecho en 140 años), ayuden a mejorar la vida del pueblo, construyendo carreteras, caminos rurales, obras de riego e ingeniería para la agricultura, la pesca y la minería.

Recambio generacional

Ha llegado el momento de apoyar  a una nueva generación de jóvenes, ciudadanos comunes y corrientes, Humanistas de corazón, que se abren paso entre los dinosaurios de la política chilena, entre las momias sin alma que prefirieron profitar de los beneficios del poder, vender al pueblo y olvidarse de sus ideales de juventud. Dinosaurios y momias de la izquierda tradicional, fracasados y aplastados durante la UP, incapaces de asumir sus culpas y responsabilidades por el infantilismo revolucionario que llevó al país al golpe de estado, y que en vez de retirarse y dar paso las nuevas generaciones, se enquistaron en el poder para esconder sus faltas, y hacerle creer a la gente que la democracia “en la medida de lo posible” no era pura y simple cobardía, pura y simple traición, sino que trataron durante 25 años de hacerlo pasar por “realismo político”.

La gran historia, la historia de la humanización

Ha llegado el momento de apoyar a una nueva generación de lideres sociales, ciudadanos comunes y corrientes, Humanistas de corazón, que salen al paso de la historia, y toman las banderas de la democracia, la justicia social y los derechos humanos.

Es una oportunidad de hacer que a los ojos de la gran historia, la historia del progreso y de la humanización, estos 25 años sean sólo un paréntesis de traición y corrupción, un paréntesis en la larga tradición de lucha social de nuestro país…aquella que se detuvo hace 43 años, con el sacrificio valiente de Allende en La Moneda.

Una nueva generación de jóvenes, ciudadanos comunes y corrientes, Humanistas de corazón, que aunque no tienen la experiencia de gobernar, sí saben para qué y para quienes gobernar, que no traicionan a quienes los eligen, porque su motivación no es el poder, sino el cambio social.

Y que por lo mismo, podrían hacer todo esto casi GRATIS.

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